El Capitán y Gobernador Ignacio Fortich y Mas merece sin lugar a dudas un reconocido lugar en las leyendas de Cartagena de indias. su historia merece ser digna de un libro, desde su juventud se vio apasionado por el poder, le tocó luchar a sangre y fuego contra sus enemigos, tuvo que vivir encerrado en prisión muchos años, soportar insultos, acusaciones y las reiteradas afrentas de sus enemigos y a la vez aliados en la lucha por la gobernación de la ciudad.
El capitán Fortich siempre soñó con un ascenso que le diera un lugar en lo más alto de la élite cartagenera, pero el costo para el y su familia fue demasiado alto en una ciudad altamente elitista que lo obligó a tener que marcharse y a pesar que al final conseguiría lo que más quería por infortunio para éste terco catalán, la felicidad muy poco le duro.
Ignacio Fortich y Mas, nació en 1747 en un municipio de la provincia de Barcelona llamado Villa de Berga, al norte de España y a orillas del río Llobregat, hijo de Esteban Fortich y Serra y María Ignacia Mas y Santa María, era descendiente de una minoritaria y exclusiva familia que por varias generaciones se habían dedicado al oficio de la producción y comercio de la lana en todas sus etapas (Pelayres) y que poseían extensas tierras en el pequeño municipio de Berga que contaba para el año de su nacimiento con aproximadamente dos mil habitantes.
Vilardaga decía que «Los médicos, abogados y Otras personas
de estudios, los fabricantes de
lana y algodón, los propietarios,
confiteros y los comerciantes
e industriales de toda clases
constituian la clase media, la más
preponderante y la que en realidad gobernaba la villa«
Cataluña y Villa de Berga para mediados del siglo XVIII luego de la guerra de la sucesión española vivía una fuerte crisis económica y la mayoría de sus instituciones ahora tomarían una nueva estructura territorial y administrativa a imagen de la de Castilla y con castellanos al mando.
La familia de los Fortich i Mas quienes por varias generaciones habían vivido una vida placentera dedicados al cuidado de la familia , la producción de la tierra y la vida religiosa habían sido obligados a salir de su comodidad para destacar como soldados y políticos fuera de su pequeña comunidad catalana.
Suerte y muerte tendrían los dos documentados hermanos de Don Ignacio Fortich, el primero de ellos sería Josep Fortich i Mas quien fue notario de la villa de Berga durante 1789 y 1833 y quién gozo de beneficios y privilegios que la categoría socio profesional le determinaba a pesar de los cambios de regímenes en España y quién además ocupo diferentes cargos administrativos durante los años 1802, 1807, 1810, 1813 y 1817.
El Capitán Francisco Fortich i Mas otro de los hermanos de Ignacio, fallecería en la famosa Guerra del Rosellón que enfrento a la Francia revolicionaria contra los reinos de España y Portugal de 1793 a 1795 y que tuvo como sitio de guerra a la provincia de Cataluña y el Sur de Francia.
Comandados por general Jacques Dugommier, Francia recupera la localidad de Colliure controlada por ejército español y una guarnición de 7000 hombres españoles al mando de Eugenio Navarro se convirtió en prisionera entre ellos el capitán Francisco Fortich i Mas, quien moriría prisionero.
La historia del Capitán Ignacio Fortich i Mas
Don Ignacio Fortich con tan solo 17 años de edad entra como soldado del regimiento de infanteria ligera de Cataluña, la misma en la que se encontraba su hermano mayor Francisco desde hace años atrás como capitán de fusileros.
Sirvió durante 8 años en el regimiento catalán, obtieniendo en 1770 el grado de subteniente y a los 25 años escuchando de las fortunas y riquezas que le esperaban a los capitanes y gobernadores en las americanas pide ser enviado a las indias en busca de su propio dorado
En 1769 se produce la llamada rebelión guajira, producida por el secuestro de 22 indios guajiros por parte de los españoles para llevárselos como mano de obra para las fortificaciones de cartagena, lo que produjo la reacción indígena donde matan en el pueblo de El rincón a dos españoles, quemando la iglesia y profanando los vasos sagrados.
Pronto todas las poblaciones de la región cayeron en manos de los sublevados, resultando en la muerte de un centenar de españoles. Los indios capturaron numerosas cabezas de ganado y se llevaron a varios prisioneros colonos a la Alta Guajira. Los misioneros por su parte fueron expulsados.
En 1771 el gobierno colonial ordena organizar una expedición de castigo. Se concentran entonces en Riohacha 700 soldados y 340 milicianos mandados por el coronel José Benito Encio. La llegada de Ignacio Fortich se produce durante este tiempo aprovechando que se necesitaban hombres para las expediciónes contra los indios guajiros de Riohacha en la que estuvo por más de un año.
Una vez terminada su primera expedición fue teniente de la guarnición de Cartagena y en 1776 nombrado gobernador de la Isla de Margarita, sin embargo durante su estancia en la guajira se gano una pelea con el gobernador de riohacha Joseph Galluzo por un supuesto descuido y abandono de la guardia en Juan Nepomuceno que le costó estar en prisión por más de 2 años en el castillo de San Felipe de Barajas en Cartagena, sin embargo Ignacio argumenta que se debió a que se le entregaron unos indios importantes que debió llevar a prisión.
«Por tanto suplico , se sirva de mandar se me haga el consejo de guerra y no sufra más tiempo, esta injusta prisión que padesco y semede, la satisfacción correpespondiente»
Ignacio Fortich, prisión de san felipe de barajas 26 de Marzo de 1777.
Lo que ocurría entre el gobernador Joseph Galluzo e Ignacio Fortich, más que acusaciones , fue una lucha personal entre ambos que los llevó a decirse improperios en más de una oportunidad que terminó con Ignacio Fortich en prisión.
Juan Pimienta expresa:
«He recibido la sumaria seguida contra el teniente de este regimiento fijo don Ignacio Fortich y demás que resultan culpados en el insulto a los indios que sacaron los presos de la guardia en Juan Nepomuceno en la provicencia de hacha.»
Juan Pimienta, 1776.
No sabemos qué ocurrió con el Capitán durante los primeros años luego de salir de prisión pero sabemos que sale sin hacérsele el consejo de guerra y que se desempeñó como capitán de fusileros en el regimiento fijo de Cartagena, durante este tiempo parece ganarse un lugar dentro del poder comercial de la ciudad pues se casa en 1784 a los 37 años con Doña Antonia Martínez de Aparicio y Tatis, hija del soriano Manuel Martínez de Aparicio y Alonso quien fue un individuo del comercio de Cartagena, muy acaudalado y que llego a ser Procurador General y Alcalde de Cartagena de Indias.
El matrimonio le permitió al capitán Ignacio Fortich y Mas empezar a formar parte de la nueva élite de Cartagena de indias, el padre de su esposa, había llegado como el comisario del rey en la contratación de fábrica de Sevilla y estaba destinado a adquirir por su puesto un alto grado de poder en la ciudad.
La madre de Antonia Martinez de Aparicio, María Teresa Tatis y Suaréz por su parte era hija de un comerciante italiano muy prospero en Cartagena llamado Manuel Tatis y Costo de Olivero quien ostentó los cargos de regidor interino del cabildo de cartagena y fue alcalde ordinario en dos ocasiones y quien junto a su padre Juan Bautista Tatis y su hermano Jácome Tatis crearon una fortuna en la ciudad.
Un año después de su matrimonio fue enviado directamente al campo de batalla, sería su segunda expedición, esta vez desembarco en Carolina del Darién como comandante del fuerte de Sancarlos y el 5 de septiembre de 1785 defendió el fuerte de la derecha del campamento español impidiendo la entrada de los indios en aquella parte, donde el expresa:
«Con el continuo fuego que le dimos, hicimos que se retirarán con muchas perdidas de muchos indios que quedaron muertos en el campo de batalla, habiendo también parecido varios de los nuestros”.
Ignacio Fortich
Una vez regresa del Darién a Cartagena en 1789 se dedica totalmente a su familia, sus dos hijos mayores Antonio y Andrés Fortich Martínez de Aparicio le seguirían sus pasos entrando como soldados al regimiento fijo de Cartagena, ya atrás quedarían sus planes de seguir en el campo de batalla y la idea que tenía ahora era poder conseguir el puesto de gobernador de Cartagena de indias pero antes insistiría incansablemente por ser coronel y sargento mayor de la plaza de la ciudad.
«hallandome con dos hijos Dn Antonio y Dn Andres Fortich, que desean santificar su vida al servicio de sumajestad rendidamente le suplican se sirva concederles la gracia para servir en la clase de soldados distinguidos del mismo cuerpo con cuyo alirio se promete poder sobrellevar con mas descanso los gastos que excede mi familia.»
Ignacio Fortich , 1789.
En 1793 llegan las noticias a Cartagena del comienzo de la guerra franco-española a la que iría a participar su hermano Francisco Fortich i Mas, por lo que Ignacio junto con otros capitanes como Josef del Castillo y Manuel Junguito ceden sus sueldos para las reales cajas de la ciudad pues la guerra se aproximaba y aunque quizás en ese momento no lo sabían, se acercaba el fin de España como potencia.
Para los siguientes años Don Ignacio Fortich trataría sin mucho éxito de conseguir el puesto más alto en Cartagena de Indias, un Joseph del Castillo más preparado y con más habilidades para el campo administrativo y de papeleos le arrebataría los sueños al terco y orgulloso capitán que en más de una ocasión elevaría su queja por la preferencia de sus superiores a Del Castillo, argumentando que no entiende tal decisión.
Para el año de 1799 se postula ante la vacante por fallecimiento de Lorenzo de Parga como gobernador de portobelo. el capitán gozaba de buen nombre en Panamá y tenía grandes influencias en Portobelo, por lo que en 1800 es nombrado gobernador de la plaza de Portobelo y Teniente General por títulos expedidos el 15 – X – 1800 y el 1 – XII – 1800, su sueño se había podido cumplir pero no en Cartagena.
Para el 28 de agosto de 1801 es nombrado gobernador general de la provincia de Cuenca en Ecuador , en donde se iría junto con una de sus hijas por la vía del Naranjal, la gobernación se pudo haber dado a los constantes padecimientos de enfermedad que venía presentando Dn Ignacio.
Ya en 1797 Dn Ignacio había solicitado una licencia para ir al campo y acompañar a un tal Ambrosio a una hacienda nombrada San Antonio de Guayabal por el termino de tres meses ya que ignacio se encontraba enfermo y necesitaba recuperarse en un lugar distinto a Cartagena.
Santiago Padilla médico cirujano de las milicias de cartagena certificaba que:
«El capitan Ignacio Fortich llego del castillo de bocachica a cartagena a fines de mes con una fiebre alta y maligna llamada vulgarmente tabardillo, se le hizo un diagnostico funesto y estaba cerca de la muerte y gracias a los medicamentos sumistrados pudieron contoner la fiebre intermitente y se halla en estado de convalidez y sera difucultoso conseguir aliviarse en la ciudad pues está expuesto a recaer por la temperuta.»
Santiago Padilla, 1797.
Pues bien, el tabardillo es una enfermedad peligrosa, que consiste en una fiebre maligna, que arroja al exterior unas manchas pequeñas como picaduras de pulga, y à veces granillos de diferentes colores: como morados o cetrinos. su significado es putrefacción, porque se pudre, y corrompe la sangre.
Además de su enfermedad los problemas para Dn Ignacio Fortich en Cuenca no se hicieron esperar, los alcaldes ordinarios de cuenca denunciaron al nuevo gobernador por los agravios que sufre la colectividad debido a la libertad con que se practican los juegos de azar, con su tolerancia y licencia.
Sin embargo poco antes de fallecer Don Ignacio Fortich y Mas dejaría por escrito varias quejas contra José Antonio Vallejo, su antecesor, y contra los regidores del cabildo, quienes lo hostilizaban, denigraban y conspiraban en contra de su gobierno:
«Habiendo llegado a mi noticia que don josef antonio vallejo mi antecesor sin cama alguna y solamente llevado de su capricho produce expresiones entre vacias gentes poco decorosas a mi persona a las disposiciones gobernatibas de justicia que doy en alivio de oprimidos, de las que he hecho poco aprecio en fijarme de que me designo a establecer la paz y buena armonia de que ha carecido esta ciudad pero que burlando mi prudencia y silencio llega al exceso de preferislas en las casas principales y delante de personas condecoradas se ha de servir vuestramerced en obseguio de la verdad y para lo que me pueda convenir en justicia certifcar a continuacion de este oficio las expresiones que a cerca de mi persona y providencias que he tomado en un mi reciente empleo dijo mi antecesor estando de visita en la casa del cura rector de esta catedral doctor Tomas Cuello que dia ocurrio esto: entró don josef antonio de vallejo asociado de su cuñado don baltazar polo y en prencia de don Martin Cuello padre de dicho cura, profirio el citado caballero vallejo que el dia desde que tomo pocesion del mandato de este gobierno no pensaba mas que en derribarlo, haciendose su juez de residencia y tomando conocimiento, quiero dejar claro que no he pensado si no en establecer la paz y buena armonia que tantos años ha carecido esta ciudad, habiendo justicia a tanto infeliz oprimido que generalmente les he oido, es cuento puedo exponer en obsequio de la verdad y justicia»
Ignacio Fortich , Cuenca, 1802.
Su muerte se produce el 20 de junio de 1803 , cuando apenas tenia 55 años de edad, poco pudo disfrutar de su vida politica, que aunque corta fue bastante ajetreada y llena de obstaculos, tampoco pudo ver quizás por su suerte la caida de España en Cartagena de Indias, sus hijos por otra parte lucharon por el bando realista en la guerra de la independencia. Ignacio Fortich fue enterrado en la boveda de San Pedro de la Iglesia Catedral de El Sagrario en Cuenca, Ecuador.
Hoy son cientos los descendientes que dejaría Ignacio Fortich y Mas, en su gran mayoría ubicados en su tan anhelada y apatecida Cartagena de indias en donde han destacado en el campo de la salud, otros varíos descendientes se encuentran en los departamento de Córdoba y Sucre donde han destacado como politicos y comerciantes.